¿Qué estamos haciendo con el futuro de los jóvenes? El grado de incertidumbre al que han llegado familias y adolescentes respecto al futuro formativo y laboral es estremecedor.

Innumerables son los grados, másters, postgrados y otros estudios los que prometen un éxito laboral y personal, y la realidad es otra bien distinta. Una vez los jóvenes intentan adentrarse en el mundo profesional, se dan cuenta que se equivocaron al elegir su carrera universitaria, ya que tras obtener el “título” no encuentran trabajo. O bien, que al encontrar su puesto de trabajo identifican y reconocen que no es lo suyo. No existe pasión, disfrute, ni entusiasmo alguno hacia la actividad profesional que van a dedicar su vida.

¿Por qué estamos inmersos en esta crisis de claridad de decisión? Desde mi humilde perspectiva existe una gran crisis de consciencia. No se puede pretender que los jóvenes se introduzcan al mundo real sin conocerse a sí mismos. Desconocen cuáles son sus habilidades, potencialidades, límites, pasiones, dificultades y sobre todo cuáles son sus inteligencias múltiples dominantes. «Sin conocerte es imposible decidir cuál va a ser tu futuro formativo o profesional». Afirmaciones como; esta profesión tiene salida, buen salario, muchas vacaciones o es para toda la vida, solo conducen a la insatisfacción personal.

¿Qué sucedería si a cualquier joven se le animará a conocerse a sí mismo en vez de tan solo buscar su rendimiento escolar? Y además se le mostrara la verdadera realidad del mundo laboral. Creo que tendrían facilidades a la hora de elegir qué quieren ser.
Por eso propongo a los más jóvenes y a las familias que para tener el poder de una decisión clara, primero hay que «Descubrir a qué dedicarse». Asignatura que no plasma el currículo escolar, pero que va a ser esencial en el futuro más cercano.
¿Qué tan importante es para ti que tu hij@ descubra a qué dedicarse?